dimarts, 11 de desembre del 2007

Fracàs escolar, per què?



El següent fragment ha estat extret d'un DOCUMENT de Filium que ha estat editat sota la forma d'un llibre amb el títol de ¡NO QUIERO ESTUDIAR! signat per Juan Pundik.




50% DE FRACASO ESCOLAR. ES EL FRACASO DEL SISTEMA, DE LOS COLEGIOS, DE LOS DOCENTES Y DE LOS PADRES: PAGAN LOS HIJOS




El 50% de los alumnos fracasa o abandona sus estudios. Según estimaciones del Ministerio de Educación y Ciencia, unos 376.177 adolescentes de entre 14 y 17 años no han estado escolarizados, que es tanto como decir que la mayoría de ellos, que ni estudian ni trabajan, sólo tienen la calle como recurso para pasar el tiempo, buscarse la vida y, fundamentalmente, para enfrentar la etapa más difícil y delicada de su proceso de socialización.


Es el fracaso del alumno pero también es el fracaso de la escuela y del sistema de enseñanza. Una escuela, un sistema de enseñanza que produce un resultado de un 50% de fracaso escolar debería ser cuestionado frontalmente, de raíz. ¿Por qué está escuela no sirve, no funciona y es un fracaso?


La escuela actual tiene poca historia y poco futuro. No existía hace 200 años. Nació como resultado de la revolución industrial inglesa y de la revolución política francesa para satisfacer las necesidades de una sociedad que ya no existe. Se trataba de aparcar a los niños en algún sitio y, de paso, aprovechar para que aprendieran religión, sumisión y respeto a la autoridad.


Como resultado de esa historia todavía son mayoría los colegios en los que lo que se demanda al alumno no es pensar, imaginar y crear sino disciplina, obediencia, quietud, silencio y puntualidad. La libertad, la democracia y el respeto a los derechos del semejante, valores fundamentales de nuestra sociedad, sólo pueden transmitirse en una práctica cotidiana de estos valores y no en la opuesta, que es la de la escuela actual.


En la sociedad industrial se enseñaba el pasado, porque el futuro iba a tener los mismos rasgos. La sociedad industrial necesitó preparar en serie operarios para cadenas de montaje y amplias oficinas pobladas de escritorios, en los que la característica era la puntualidad, la disciplina y el trabajo rutinario. La escuela se transformó en el anticipo preparatorio de esa sociedad. Uniformidad, ropa uniforme, rígida distribución en aulas, rígidos grados y títulos, papel autoritario del personal docente, administrativo y de dirección y timbres y campanas marcando horarios fijos para todo.


Para prevenir el fracaso escolar y en consecuencia el fracaso en la vida necesitamos una nueva escuela basada en estimular el interés, la inquietud, la imaginación, la creatividad, las habilidades y aficiones del niño, para conseguir despertar curiosidad, interés, entusiasmo y deseo de participar y aprender. La energía de los docentes de esa nueva escuela tiene que estar centrada en esos objetivos y no en el orden, la disciplina, el silencio y la quietud. El deseo de saber está en la naturaleza inquieta del niño. La escuela debe constituirse en el sitio en el que el sujeto continue su aprendizaje al increíble ritmo que traía durante sus primeros 6 años de vida y es fundamental que la escuela no lo desbarate como suele hacerlo.


La prevención de las dificultades escolares requiere, más que grandes proyectos e inversiones económicas, una gran inversión humana de amor, afecto, comprensión y paciencia. Todo el tiempo que los padres dediquen a sus hijos en los primeros meses y en los primeros años se lo ahorrarán en tiempo de dedicación posterior, en síntomas, malestares, trastornos somáticos, fracaso escolar, gamberrismo, violencia, delincuencia y toxicomanías. La prevención es económica y eficaz. La rehabilitación es costosa y sus resultados son inciertos. El vehículo esencial del proceso de aprendizaje es el amor y la identificación con un objeto querido y ese sentimiento debe ser construído inicialmente en el clima familiar. La estructura familiar es irremplazable. El niño, la niña, necesitan quienes cumplan cada una de esas funciones. Pero además a los docentes les corresponde un papel fundamental en la prevención de las dificultades de aprendizaje, mediante el mantenimiento y el desarrollo del deseo de aprender y de concurrir al centro escolar. Los dos pilares sobre los que debe asentarse el aprendizaje escolar lo constituyen, uno, la actividad lúdica, el niño sólo aprenderá en dimensión lúdica, jugando, y, dos, enamorándose y apasionándose primero por la lectura y luego por la escritura cuyos aprendizajes sistematizados no deben comenzar antes de cumplidos los seis años. La escolaridad debe constituirse en un proceso integrador del desarrollo intelectual, corporal, afectivo y artístico del niño. Es imprescindible que todos estos procesos respeten cuidadosamente el ritmo individual, personal y diferente de cada niño. Forzarlo es romperlo.


QUE SE APLIQUE LA LOGSE La LOGSE ha cambiado muchos de los retrógrados objetivos de la educación tradicional y constituye la legislación adecuada para introducir algunos cambios importantes en la práctica educacional. Pero la LOGSE no se está aplicando. Es una ley que requiere ampliación de presupuestos y estos, por el contrario, han sido reducidos. Requiere docentes preparados y reciclados en el espíritu de la ley y esto no se ha cumplido ni está previsto. Conseguir que se aplique la LOGSE sería un avance importantísimo respecto de una escolaridad tradicional retrógrada y pesimista.

1 comentari:

Joan Domènech ha dit...

Estel m'agradaria donar-te la meva aupinió però sóc votijo, nen, i no puc llegir tant. No sé: si fessis un resum o algo potser te'l comentaria.
Per cert, ja veig que només tens un amic als enllaços...